Su óbito desata una cascada de reacciones de patronales e instituciones ensalzando su trabajo y su mecenazgo

Con el adiós de Jesús Lence Ferreiro, de 78 años de edad, la provincia de Lugo pierde no solo al empresario que convirtió su hólding lácteo, de carburantes, inmobiliario, sanitario y hostelero, en el de capital lucense con mayor volumen de facturación —más de 160 millones de euros anuales— y empleo —cerca de 250 directos—, sino también a un mecenas del deporte, sobre todo del baloncesto, y de causas sociales.

El fallecimiento de Jesús Lence, tras más de un año de lucha contra una grave enfermedad, ha suscitado una cascada de reacciones del empresariado y de las instituciones ensalzando la figura de este patrono que vino al mundo en Castroverde en 1940. Su capilla ardiente se encuentra en el tanatorio Serfuja de As Gándaras.

La CEL, de cuyo consejo asesor era miembro, lo ha definido como “un empresario irrepetible en Lugo”, que fue “ejemplo fundamental de cómo la apuesta por la riqueza y los recursos propios de la provincia pueden transformarse en una industria fuerte, generadora de riqueza y empleo”.

La patronal gallega (CEG) lo considera “clave en los asuntos de especial y mayor relevancia empresarial en Galicia desde hace más de dos décadas”.

El que era amigo suyo desde la juventud Luis Abelleira, que preside Cruz Roja, la Fundación Daño Cerebral (Fudace) y la asociación de talleres Aprevar, entre otras, afirmó que era “un hombre admirable” y recordó que fue uno de los impulsores y “el mayor mecenas” de Fudace.

También apoyó el sector hostelero, como resaltaba este sábado Cheché Real, quien señaló su papel en la promoción del turismo y la gastronomía de la provincia. Además, recordó que era miembro de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo.

FUTURO GARANTIZADO. Su óbito generó de entrada cierta incertidumbre sobre el futuro de su emporio, del que dependen cientos de familias en Galicia. El hólding se apresuró a lanzar un mensaje de tranquilidad. “Seguimos con todos los proyectos e inversiones. Dejó el grupo perfectamente diseñado y definido para que siga creciendo en el futuro”, aseguró su consejero delegado y apoderado Jesús García.

Esos proyectos que están en marcha son la instalación este mes de una nueva llenadora de leche pasteurizada en la fábrica de Leyma, en Arteixo (A Coruña), cuya directora es su primogénita, María Jesús Lence; de otra de envasado en la de Ceao II de Leche Río, en Lugo, y duplicar la capacidad de pasteurización de la de Ceao I, también de esta firma.

Pese al delicado estado de salud en que se encontraba, Jesús Lence asistió el pasado 29 de marzo a la última reunión que mantuvo el consejo de administración e incluso este viernes, día en que murió bien entrada la noche —como informó desde primera hora la web de este diario—, departió sobre sus negocios desde el hospital Polusa en el que estaba ingresado, del que tenía el 25% de sus acciones.

Ejemplo de patrono hecho así mismo, llevaba en la cabeza todo su grupo empresarial, desde el más mínimo detalle sobre una gasolinera hasta la más moderna línea de producción de una de sus plantas lácteas. Comenzó a preparar su sucesión empresarial cuando hace unos meses reorganizó la dirección del emporio.

La matriz, Lence Torres, y sus filiales, Grupo Leche Río, Transleche y Complejo San Cristóbal, está dirigido por un consejo que está constituido, además de por el propio Jesús Lence, por sus hijos Carmen y Luis y por dos ejecutivos de confianza, la responsable de las áreas financiera y comercial, Aida Canto, que lleva más de 30 años en la casa, y el director técnico de las plantas de leche, Jesús García, con más de 15 años.

Lence será recordado como un hombre que no se mordía la lengua, lo que llevó a protagonizar agrias polémicas en un sector productivo tan convulso como el lácteo. Además, tuvo que pasar por los juzgados para rendir cuentas por delitos medioambientales y societarios, que le acarrearon varias condenas.

Sus allegados lo recuerdan como un patrono exigente, duro a la hora de negociar y que sabía agradecer el trabajo bien hecho.

SEPELIO. Las muestras de pesar por el fallecimiento de Jesús Lence, que el próximo 1 de septiembre cumpliría 79 años, se sucedieron en el tanatorio Serfuja del parque empresarial de As Gándaras, en donde desde la media tarde del sábado está instalada la capilla ardiente y adonde se acercaron numerosas personas para expresar sus condolencias.

Jesús Lence deja tres hijos, María Jesús, Carmen y Luis, y cuatro nietos. La segunda llegaba este sábado desde Boston (Estados Unidos), en donde reside desde el año pasado, ya que su marido es un alto ejecutivo de una multinacional farmacéutica.

Esta tarde de domingo se celebrará una misa en el tanatorio para familiares y trabajadores. La inhumación de sus cenizas se realizará en la intimidad familiar. Este lunes, a las 19.00 horas, tendrá lugar el funeral en la iglesia de A Nova.